santa-cruz-c.jpgSabemos que Jesús repetía un salmo judío cuando recitaba estos versículos desconcertantes. Pero no deja de ser grandioso para los cristianos que el Hijo de Dios se sienta distante de su Padre, aunque sea a través de una oración. Cristo se solidariza con todos los abandonados de este mundo, con aquellos que viven en la lejanía de Dios. Con los enfermos que no entienden con su sufrimiento, con los que han perdido un ser querido y no lo entienden, con los que viven angustiados o sin sentido en sus vidas, con aquellos que creen que son fruto del azar y no de una voluntad amorosa de Dios. Con los que mueren victimas de las guerras, de los accidentes, de la droga, del terrorismo, de enfermedades incurables…

Con todos ellos, Cristo eleva al cielo esta oración: ¿Dios mío donde estás? Hay veces que no te vemos, que no te sentimos, aunque presentimos que estás ahí.